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Estrías
Las estrías gravídicas son líneas marcadas y paralelas que aparecen con frecuencia en la piel durante el embarazo. Se pueden manifestar con con picor, ardor y/o malestar en el abdomen, mamas, caderas y muslos, normalmente a partir del segundo o tercer trimestre del embarazo. Al inicio, su color es rosado a violáceo y al cabo de unos meses o años, éstas líneas maduran y se convierten en estrías permanentes de color blanco y brillante.
A pesar de ser muy comunes, su causa aún no es del todo clara, sin embargo, se sabe que la tensión mecánica causada por el estiramiento de la piel durante en el embarazo, así como la alteración de las fibras de colágeno y elastina, pueden ser los principales factores que desencadenan su aparición.
Éstas estrías pueden llegar a afectar hasta al 90% de las mujeres embarazadas y aunque su aparición no es peligrosa desde el punto de vista médico, pueden generar angustia y malestar emocional y psicológico, disminuyendo la calidad de vida.
Es importante iniciar con la prevención de su aparición desde las primeras fases, para evitar tanto su desarrollo de novo como para reducir la gravedad de las que recien aparecen, y no cuando las estrías ya han madurado.
Incluir en tu rutina de cuidado diario un masaje con una crema hidratante con ingredientes naturales, a partir del segundo trimestre del embarazo, puede ser muy beneficioso para ayudar a prevenir la aparición de estas marcas que tanta molestia causan. Sentirse bien con una misma es importante para la salud mental y emocional.

Manchas en la piel
Durante la gestación se producen ciertas alteraciones en la piel de la mujer que no tienen repercusión en la salud, pero que cobran relevancia al producir malestar emocional, disminuyendo la calidad de vida. Dentro de éstas alteraciones, muchas mujeres refieren un aumento generalizado de la pigmentación de la piel que en algunos casos, producen manchas oscuras, las cuales pueden no resultar estéticas.
Éstas lesiones hiperpigmentadas o manchas que aparecen, son causadas principalmente por factores hormonales, atribuyéndose a un aumento de los valores de la hormona melanocito-estimulante, de estrógenos, y posiblemente de progesterona. Este oscurecimiento de la piel se produce en casi todas las embarazadas y normalmente en zonas concretas como la cara, la línea debajo del ombligo (linia nigra), pezones y periareolar, axilas, entre otras. Las manchas que aparecen en la cara son muy frecuentes, encontrándose hasta en el 75% de las mujeres embarazadas.
Estas manchas se conocen como melasma y suele aparecer en la frente, el labio superior, las mejillas, la nariz, el mentón y la mandíbula. Para prevenir la aparición de éstas manchas, es importante que durante el embarazo se modere la exposición solar y se aplique protección solar continuamente. Después del alumbramiento, se pueden aplicar cosméticos despigmentantes, para ayudar a corregir la hiperpigmentación de la piel y así favorecer el aclaramiento de las manchas oscuras que aparecieron en el embarazo. Recuerda siempre utilizar estos producrtos junto con un protector solar y evita exponerte directamente a los rayos del sol. Sentirse bien con una misma es importante para la salud mental y emocional.

Caída de cabello
Muchas mujeres refieren que el crecimiento del cabello durante el período de gestación es más vigoroso que fuera de él.
Esto se debe a fluctuaciones hormonales y deficiencias nutrimentales que ocurren en esta etapa. De hecho, durante el embarazo aumenta el número de folículos pilosos que causan un crecimiento lineal del cabello.
Sin embargo, después del parto se produce un descenso compensatorio y es por ello, que muchas mujeres refieren caída del cabello en esta etapa.
La exageración de este efecto puede llegar a producir una alopecia postparto que se recupera pasados entre 3 y 12 meses después del alumbramiento.
Ésta pérdida de cabello causa molestia emocional y discomfort, por lo que es importante empezar su cuidado desde el embarazo, de manera que se mantenga fuerte y saludable para poder afrontar los cambios que ocurren en el período de postparto.
Utiliza productos elaborados con extractos naturales diseñados para cuidar tu cabello durante el embarazo y ayudarte a prevenir su caída durante el postparto. Utilízalos en tu rutina diaria, dando suave masaje en toda la zona para activar la circulación sanguínea y oxigenar los poros del cuero cabelludo. Sentirse bien con una misma durante el embarazo y después del parto es importante para la salud mental y emocional. Mantener un cabello saludable puede contribuir a la confianza y el bienestar general.

Grietas en los pezones
La leche materna es el alimento idóneo para el bebé durante los primeros meses de vida, ya que le proporciona los nutrientes necesarios en cada momento para su adecuado crecimiento y desarrollo.
Se recomienda una lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y después complementarla progresivamente con otros alimentos hasta los 2 años o más. La lactancia materna tiene múltiples beneficios tanto para la madre como para el bebé.
En la madre, ayuda a la recuperación tras el parto ya que el estímulo hormonal hace que el útero se contraiga más rápidamente, disminuye el riesgo de cáncer de mama y de ovario, entre otros.
Además, el amamantamiento desarrolla un estrecho vínculo afectivo madre-hijo y proporciona al bebé consuelo, cariño y seguridad. A pesar de los múltiples beneficios que proporciona la lactancia materna, puede ser un proceso difícil y complicado y para tener éxito, es fundamental que sea un acto deseado y gratificante para la madre.
Así, el cuidado de las mamas es uno de los factores más importante para conseguir este fin. Manten hidratada la piel de tus pezones y para prevenir la irritación y la aparición de grietas y heridas molestas y dolorosas, de manera que solo te preocupes por dar amor a tu bebé.
Recuerda asesorarte de una consultora de lactancia para que te guíe sobre los productos adecuados a utilizar y sobre cómo debe ser la técnica correcta de agarre, duración de las tomas y posturas adecuadas para conseguir una lactancia exitosa.